La DGE cambió de estrategia con el último primer día porque la prohibición no funcionó.

La semana próxima muchos jóvenes de quinto año tendrán su UPD o último primer día de clases. Padres e instituciones se preocupan y se anticipan a la práctica.

El último primer día (UPD) tomó tal magnitud durante los últimos años que los padres inevitablemente debieron involucrarse. En algunos casos

El último primer día (UPD) tomó tal magnitud durante los últimos años que los padres inevitablemente debieron involucrarse. En algunos casos, se convirtió en una fiesta de 15 o un cumpleaños de 18.Foto: Gentileza

El próximo miércoles los estudiantes de quinto año del secundario tendrán su último primer día de clases o UPD en Mendoza. Una práctica que se realiza desde hace ya varios años y que lleva a los jóvenes a reunirse la noche anterior en algún lugar para festejar antes de ir a la escuela.

Desde el Gobierno detallaron que hubo un cambio de paradigma ante esta situación, teniendo en cuenta que esta práctica se volvió inevitable. Por esta razón, se cambió el foco y pretenden que los familiares de alumnos y las escuelas trabajen de forma integrada para que los chicos puedan disfrutar de este último primer día de clases sin excesos.

“Asumiendo que no lo vamos a poder evitar, decidimos acompañar y hacernos cargo”, comentó Claudia Ferrari, subsecretaria de Educación de la provincia.

El último primer día de clases se convirtió en un evento de gran magnitud. Claudia Ferrari, subsecretaria de Educación, habló del tema.

El último primer día de clases se convirtió en un evento de gran magnitud. Claudia Ferrari, subsecretaria de Educación, habló del tema.

Gentileza Prensa Gobierno de Mendoza

Hace cuatro o cinco años había una resistencia a esta práctica. Se cambió la estrategia, reconociendo que este día es importante para los jóvenes y no queremos dejarlos solos”, remarcó.

El cambio se centró en la contención más que en la prohibición que, a lo largo de los años, no funcionó. Desde que los alumnos están cursando cuarto año se trabaja con ellos hablando y pactando cómo va a ser el ingreso a la escuela ese día y organizando las actividades que realizarán por la mañana, detalló la responsable del área educativa.

“Se fueron generando alternativas de trabajo en conjunto con las escuelas, familias y alumnos para que sea un evento más de la escuela”, explicó.

Muchas escuelas ya se reunieron con los padres y chicos para acordar cómo sería este día. “El trabajo apunta más a la integración de las familias e institución. Esta cercanía nos llevó a no tener episodios de gravedad, y una vez que finaliza el UPD, se espera que los chicos vuelvan a sus actividades con normalidad”, aseguró Ferrari.

Foto: Gentileza

Reflexión para reducir los daños

El gobierno escolarapuntó a salir de la prohibición e ir a la reflexión para tomar decisiones que no me pongan en situación de vulnerabilidad a los alumnos. “De este modo muchos padres están más alertas y la recepción ha sido muy buena”, confirmó Ferrari.

Durante los últimos años se trabajó con las familias para que los chicos sepan cuáles son los límites. Estas situaciones, que en algún momento fueron un conflicto, se modificaron. Años atrás los alumnos no podían ingresar a la escuela, sin embargo, ahora sí pueden hacerlo, dependiendo del establecimiento. “Creemos que siempre van a estar mejor adentro de la escuela que en un lugar donde no haya adultos para acompañarlos”, agregó.

En las escuelas los jóvenes no están solos y los preceptores y docentes están preparados para actuar en caso de que sea necesario. “Lo que no puede hacer la escuela es no recibirlos, los chicos entran a la escuela y se los contiene en algún lugar preparado para todos los chicos del último año. Ante la identificación de algún alumno que no esté en condiciones, se analiza si su salud está en riesgo, y se llama a emergencia y a los padres simultáneamente“, aclaró.

Por otra parte, la funcionaria detalló que si los colegios se involucran y acompañan, esto genera pertenencia institucional en los chicos. Así los alumnos pueden sentirse parte de la comunidad educativa de su institución.

El trabajo desde la DGE es acompañar y concientizar para que esto suceda sin que genere riesgos. En escuelas a lo largo del año se habla para que los alumnos piensen y tomen decisiones, y que sepan que, al tomarlas, se generan consecuencias, apuntó.

Una vez que finaliza el UPD, se espera que los chicos vuelvan a sus actividades con normalidad, aseguró Claudia Ferrari.

Una vez que finaliza el UPD, se espera que los chicos vuelvan a sus actividades con normalidad, aseguró Claudia Ferrari.

Gentileza Dirección General de Escuelas

Estrés para familias y escuelas

El UPD tomó tal magnitud durante los últimos años que los padres inevitablemente debieron involucrarseLo mismo sucedió con las escuelas, pese a que algunos colegios privados anticiparon que no recibirán alumnos que no estén en condiciones.

El último primer día se convirtió en algunos casos a lo largo del tiempo en una fiesta de 15 o un cumpleaños de 18. Así más de 30 padres deben ponerse de acuerdo para alquilar un salón, comprar bebidas alcohólicas, comida para la cena y el desayuno. Muchos de ellos hasta consultan cuántos cigarrillos de marihuana los chicos pueden llevar al salón, relató una mamá.

Es una noche donde las familias no duermen para estar en alerta. Algunos padres acompañarán a los jóvenes en el salón, ya que no pueden estar solos, otros después de las 4 de la mañana los tienen que ir a buscar para que se cambien o acompañarlos a la escuela.

A la hora de alquilar, quienes contratan deben mentirles a los dueños de los salones y decir que es un cumpleaños, ya que los salones no aceptan chicos de quinto año, según el testimonio recogido por este medio. Otros salones alquilan a alumnos de distintas escuelas y hacen un UPD masivo.

Padres que se pelean con padres, hijos que se pelean con sus familias, y padres que se pelean con los responsables de las escuelas. Infinitos mensajes en grupos de WhatsApp para intentar ponerse de acuerdo en un festejo que genera aún muchas dudas.

“Los familiares no pueden hacer la vista gorda, al haber alcohol y drogas es una responsabilidad que no se puede dejar de lado. Y, pese a que muchos jóvenes no consumen nada y no lo harán ese día, otros sí. Por esta razón, deciden que lo mejor es acompañar hasta donde más puedan a sus hijos”, amplió una fuente consultada.

Los padres terminan organizándole una fiesta a los chicos que posiblemente en algunos años se convierta en una cena de egresados más. El último primer día de clases lleva tiempo, energía, discusiones y mucho dinero, llegando a costar más de $25.000 por chico.

Gentileza Diario Uno